Dando ejemplo

 

 

Se acerca la esperada media veda… el anticipo de la temporada general, incluso para muchos cazadores la época hábil más ansiada. El canto de las codornices al despuntar la mañana; la elección del puesto o el temor a la tormenta que desplace las torcaces; el difícil vuelo de la tórtola, con sus resbaladizos quiebros; y seguro que muchas más sensaciones despiertan las mentadas migratorias en los cazadores castellano-manchegos.

Quiero en esta ocasión, hacer una especial mención a nuestra tórtola común (Streptopeliaturtur). Especie sobre la que recientemente “Europa” ha dado un toque de atención a España, entre otros países de la Unión Europea, por el declive en las poblaciones de tórtola.

Lo que a su vez ha sido aprovechado por determinadas entidades o asociaciones quehace tiempo que dejaron de ser ecologistas y debidamente subvencionadas, para criticar y demonizar al sector cinegético y culparlo incluso de la muerte de “Manolete”.

No digo nada nuevo cuando afirmo que todos los cazadores españoles somos perfectamente conscientes de que la caza en España no es la causa del declive de las poblaciones de tórtola en nuestro país, y mucho menos en Castilla-La Mancha, donde concretamente en los últimos dos años las poblaciones de tórtola han aumentado, obviamente dependiendo de las zonas.

 

Todos somos conscientes de que, seguramente, entre las posibles causas de ese declive esté más la referida a la conservación y recuperación delos hábitatstanto en la península ibérica como en toda Europa, con cultivos más tradicionales y propicios para la especie. 

Al igual que todos somos sabedores de que en otros países de fuera de Europa (sobre todo del norte de África), se las caza de forma incontrolada o directamente se las masacra. Pero tampoco podemos olvidar que el nuevo hábitat creado en esos países hace queel flujo migratorio se haya reducido en parte, pues hace tiempo que algunas zonas del norte de África han dejado de ser “el desierto” para convertirse en un auténtico vergel.

También es preciso decir que Castilla-La Mancha, junto con otras Comunidades Autónomas, no todas, hemos sido pioneros en intentar atajar esta problemática y fomentar una caza sostenible de la tórtola, pues no en vano llevamos ya 3 temporadas reduciendo el cupo a la mitad (pasando de 10 a 5 tórtolas por cazador y día) y además reduciendo los días hábiles.

No obstante lo anterior, y aquí viene el fondo de este artículo, es el momento de hacer visible nuestro compromiso con la conservación y sostenibilidad que predicamos. Y ello se puede hacer de muchas formas. Empezando por las encuestas sobre el hábitatexistente en nuestros cotos y con los conteos de poblaciones, que se pueden remitir a la Federación de Caza de Castilla-La Mancha o a la Fundación Artemisan. Y, como no, respetando los días hábiles y cupos establecidos por la Administración.

Es el momento de que los cazadores estemos a la altura de las circunstancias. Tenemos que demostrar que somos CAZADORES, con mayúsculas, que somos los primeros ecologistas, que somos los auténticos conservacionistas y que la caza de la tórtola es perfectamente compatible y necesaria para su conservación, adoptando medidas tanto cinegéticas como agroambientales.

Tengo que recordar que somos los cazadores los que llenamos de agua los bebederos y aportamos comida en época de escasez y estío, para que coman y beban, las perdices, las palomas y las tórtolas, y también las águilas o los sisones.

Que somos los cazadores los que perdemos el sueño ante la situación de incertidumbre de la mixomatosis de la liebre. Y somos los cazadores los que sacamos los corzos de los canales de riego, evitándoles el ahogamiento a riesgo de nuestra propia vida; valga como ejemplo la situación existente en el Trasvase Tajo-Segura, que se ha convertido en una trampa mortal para diversas especies como corzos, jabalíes, etc.

Somos los cazadores los que damos la voz de alarma ante los incendios forestales y trabajamos con los medios de extinción en lo que necesitan.

En definitiva, somos los vigilantes y custodios del campo y de los montes.

Por ello debe ser un orgullo poder decir que somos cazadores, que somos ecologistas de verdad, frente a aquellos ecologistas de pandereta, ordenador y subvención. Y que si nuestro esfuerzo, trabajo y compromiso es exigido para recuperar la tórtola, ahí estaremos los primeros dando ejemplo.

 

 José-Agustín Rabadán Picazo

Presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha